Si es lógico pensar que el cariño por la patria chica del natural de un
pueblo es positivo y además son conocedores de los entresijos culturales y
sociales del lugar en el que habitan, el conocimiento que de ese lugar tienen
aquellos que denominamos foráneos o de fuera del lugar en que habitan también
puede ser afectivo y complementario al de los naturales del lugar.
Los naturales con su cariño tienen un relato subjetivo porque les mueve el
afecto y las raíces, pero el relato de los de fuera suele ser más objetivo por
actuar con razones que el corazón no entiende. Pues bien, he estado revisando
una serie de aportaciones hechas desde la foraneidad y que son aportaciones
enriquecidas por la formación que tienen las personas que las hacen.
Cornelius M. Windenhoff es una de las personalidades forasteras que puso a Xàbia en el candelero como dice en la Biblia, Lucas 11:33 «Nadie pone en oculto la luz encendida, ni debajo del almud, sino en el candelero, para que los que entran vean la luz».
Cornelius nació el 12 de febrero de 1938 en Batavia (Indonesia) formando
parte de las Indias Holandesas, y en sus primeros años pasó los múltiples
avatares por las que pasó su país. Durante muchos años fue director de Asuntos
Exteriores de una empresa internacional lo que le permitió establecer funciones
de previsión de futuro. Se acostumbró a mirar hacia atrás, para prever el
futuro. Fruto de esas reflexiones surgió su libro en 2006 De panter met de
leeuwenmuil.
Cuando Wiedenhoff estableció su hogar en Xàbia en el año 2000, y sintió la
necesidad de bucear en su historia y «su pasado fascinante», inició una
búsqueda de las huellas de las muchas culturas que han formado parte de esta
villa.
Tras las investigaciones, lecturas y visitas al Museo empezó a escribir
artículos para el club local holandés, hasta que al final todo tomó forma en un
libro, que inicialmente solo publicó en holandés (febrero 2009) y después tradujo
al español (diciembre 2009). Tras haber vendido alrededor de 2000 ejemplares
hizo una segunda edición siendo publicada además en inglés.
En este libro se ofrece un viaje por la fascinante historia de este
territorio que siendo pequeño y aislado durante muchos siglos formó parte de
los acontecimientos dentro de la Gran Historia de España. Jetta, su esposa, a
quien dedica el libro, le agradece que no haya protestado mucho cuando estaba
con una pila de publicaciones consultándolas.
Son 20 capítulos que resumen la historia de Jávea en las 186 páginas de
libro acompañadas de 267 ilustraciones. La prehistoria y la edad antigua es
tratada en cinco capítulos. La edad media se presenta en seis capítulos. La
edad moderna está documentada en tres capítulos mientras que la edad
contemporánea es contemplada en los últimos seis apartados.
Son numerosos los mapas y planos que nos ayudan a comprender el territorio
que habitamos situando las zonas que tienen restos de la edad del bronce o los
asentamientos romanos o los del Al-Andalus o la genealogía de los sucesores de
Carlos II para destacar a Felipe V como posible sucesor frente al pretendiente
archiduque Carlos. Los mapas nos muestran los territorios de los reinos
cristianos frente a los de los musulmanes, los de los carlistas frente a los
isabelinos… Las fotografías en color ofrecen una ayuda didáctica de
extraordinario valor.
Cornelius dice que su libro no pretende ser un informe histórico con una
profunda investigación científica, pero creo que si es un libro que indaga en
la historia de Xàbia, y creo que lo hace bien, lo que nos muestra en la
bibliografía utilizada.
El autor agradece al Museo Soler Blasco y
a la Fundació Cirne de Xàbia su colaboración pero yo añado el papel de María
Javierre Beratech por su papel de traductora ya que sin traductores las obras
escritas no serían conocidas y a Francisco García Aznar por su papel de
asesoramiento para la edición española lo que se puede apreciar por su
formación en Pedagogía y Didáctica y que ha supuesto una ayuda perfecta para hacer
que el texto sea comprensible gracias a la aportación de la imágenes e
ilustraciones.
El autor nos invita a reflexionar sobre las huellas que cada día podemos
pisar al pasear sobre terrenos y zonas verdes, por los solares de los edificios
que, por la furia de la construcción, pueden permaneces aplastados y borrar la
historia de la que fue «Villa Real». Y nos asegura que caminando por valles,
colinas o montañas estamos caminando sobre la historia.
Juan Bta. Codina Bas
Artículo publicado en Javea.com
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