Estos días ha cerrado una librería cerca de mi casa en Valencia, pero también en Jávea cerró la librería que había en la calle de San Buenaventura.
Son librerías, las dos, que unen su venta de libros a la de la prensa y revistas. En mi caso, la prensa que compro diariamente ahora tengo que caminar más para adquirirla. También en Jávea que se tiene que comprar en el local que hay en la esquina existente entre las avenidas Trenc d’Alba y la del Plà.
También hay sitios en el Arenal y en Duanes. En estos casos la disponibilidad de libros y de prensa se aleja de nuestro entorno y como los bancos y otros negocios de proximidad van dejando un vacío en su servicio a los mayores. Los grandes comercios venden libros, si, pero estos no están en la cercanía y el comprador a veces se ‘pierde’… La empatía del librero con el comprador hace más de lo que creemos.
Frente al libro, la prensa tiene el factor de dar noticias de actualidad y su papel es crear opinión y formar al lector mediante la información. Dicen que las noticias se pueden ver en internet… en mi móvil las puedo ver, sí, es verdad, pero es en un formato pequeño y que he de ir moviendo el texto sobre la pantalla arriba y abajo y a veces cambiando el tamaño de la letra.
También ocurre con los libros que se facilitan para leer en las tablets donde se pueden ir leyendo con la facilidad de uso y a un precio más asequible. Estos días me han llegado dos textos sobre el papel de los libros. Uno de Irene Vallejo El infinito en un junco donde hace una incursión en la invención de los libros en el mundo y la inicia en el deseo del Señor de las Dos Tierras, de Egipto, que quería conseguir todos los libros del Mundo para su Gran Biblioteca de Alejandría.
El otro libro es el de mi amiga Marina Sanmartín titulado Desde el ojo del huracán. Una historia íntima de las librerías. Allí cuenta que las librerías independientes son una especie en peligro de extinción.
Es una pena que esto ocurra en estos tiempos que están ante un proceso de cambio y de ello se hace eco la practica educativa que está modificando las estrategias para la adquisición de conocimientos.
El libro no muere, decía Jacinto Mª Mustieles. “Triunfó y sus ejemplares se esparcieron por todo el mundo. Fracasó y sus ejemplares agonizan en un almacen. Pero no mueren. Su vida prosigue a través del corazón del lector. Se puede romper el periódico, una revista, pero voluntariamente nadie rompe un libro.” Oscar Wilde dijo: “no creo que existan libros malos; todo lo más existen libros bien escritos y libros mal escritos”.
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