La infancia que lee, será la que en la madurez piense

 

En el Día del Libro quiero dar una nota del protagonismo indirecto de Xàbia en este evento. Este día fue una creación del valenciano Vicente Claver que fundó en Valencia la editorial Cervantes y proclamó el Día del Libro en 1926, primero el 7 de octubre, día en que nacíó Cervantes y en 1930 se pasó al 23 de abril, día en que falleció el autor del Quijote.

Pues bien, Vicente Clavel veraneaba en Jávea en el año 1936 y aquí le cogieron los primeros momentos de la Guerra Civil. En esa situación se integró en el Comité Ejecutivo municipal que se formalizó en los primeros días de la contienda, donde pudo participar con algunas propuestas positivas para aquellos momentos de confusión.



En el Día del Libro nos proponemos hablar de la lectura. “El niño que lee será un adulto que piensa”. La hemos parafraseado en el título de este trabajo para darle un lenguaje inclusivo. Esta frase se atribuye a Unamuno quien la fundamentaba en que al leer, fruto de esas lecturas, serán en el mañana adultos menos vulnerables, menos indefensos y más humanos.

Borges decía que "un libro que nadie ha leído no es más que un cubo de papel con hojas. Es la lectura la que da importancia, proyección, existencia a lo que el autor escribió".

Hay una investigación interdisciplinar de Lectura de la Universidad de Valencia con intervención de investigadores de Israel demostrando el efecto de superioridad de leer en papel, según la cual las personas comprenden mejor un mismo texto si lo leen en este soporte que si lo hacen en digital, a través de tabletas u ordenadores. Esta investigación se basa en datos de más de 170.000 participantes. Este dato apareció en prensa en octubre de 2018.

En las bodas de plata de la Biblioteca de Xàbia se realizó una "lectura en veu alta pel carrer" el 19 de mayo de 2012 en la que participé y en la que incluso hubo amagos de la lluvia que quiso participar y escuchar y tratar de ensombrecer el texto que, sobre el lenguaje de las campanas, leía el amigo Oscar Antón mientras que todos los lectores que iban recorriendo la ruta establecida, caminando por las calles y plazas eran acompañados por una persona que a su lado llevaba abierto un paraguas para proteger al lector y al texto que leía.

Siempre leo sentado, me resulta imposible leer en la cama o tumbado. Tampoco leo en el autobús, pues me gusta hablar con las personas o mirar el paisaje. Prefiero leer por la mañana a por la tarde o por la noche. Veréis que la lectura se adapta a la persona y cada uno puede leer como mejor le place.

Voy a compartir algunos consejos para tratar de que la lectura no nos violente más de lo que esta sociedad nos violenta. En un taller para aliviar el estrés nos dieron algunas ideas que nos pueden beneficiar: cuando te diriges al trabajo en el coche y pones la radio para escuchar las noticias, mientras viajas el cuerpo se va violentando, por el tipo de noticias que da la radio, y hace que llegues al trabajo ya con el ánimo enfadado y nos aconsejaron que en lugar de las noticias es mejor en esos momentos escuchar música o noticias ligeras.

Para leer el periódico nos invitaron a leerlo desde el final al principio. La parte final del periódico trae pasatiempos y noticias ligeras, algo de cultura, y deportes que nos ayudan a mejorar el humor. De esta forma cuando llegas a las primeras páginas de política y sociedad, sucesos y catástrofes y economía, las lees con otro espíritu y con un ánimo mejor. Si lo haces de principio a fin, las lecturas primeras hacen que el ánimo se ensombrezca y tu espíritu ya no esté bien dispuesto a leerlas.

Ahora solo falta que la infancia lea, recordando a Unamuno, para que en la madurez piensen y no sean manipulados por el entorno mediático.

¡Ojalà la generación que nos suceda esté preparada!

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